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jueves, 28 de julio de 2016

Popayán.....la ciudad blanca.

Popayán es una de las ciudades más antiguas de América y una de las mejor conservadas, su centro histórico colonial es una maravilla y uno de los más grandes del país.
Cuando llegué y empecé a pasearla me transportó a algunos de los pueblos que tenemos en España y no sé porqué concretamente a Almagro ( aunque es mucho mayor que Almagro)
Los edificios bajos, sus fachadas encaladas,  sus calles adoquinadas, sus iglesias, la torre del reloj, las casas coloniales con los patios perfectamente conservados, la catedral, el parque Caldas, centro neurálgico, flanqueado por los principales edificios de la ciudad y antiguamente casas de los fundadores y dependencias de los poderes religiosos y de gobierno.
Iglesia de San Agustín
Cúpula de la Catedral
Fachada de la Catedral
Popayán fue fundada en enero de1537 por Belálcazar cuando pasaba por Colombia en busca de El Dorado.
La conquista total de la ciudad  ocurrió el 15 de agosto de ese mismo año y se añadió Asunción al  nombre original, conmemorando el día de la Asunción de María.
Fue durante mucho tiempo la capital del sur de Colombia y una de las ciudades más importantes de la corona española durante la colonización, hasta que Calí le quitó ese honor después de la independencia


Es un ciudad universitaria, con mucha vida en la calle ( aunque viendo las fotos que hice, nadie lo diría :-)) , en cada esquina hay puestos callejeros donde por unos pocos pesos puedes comprar fruta pelada y preparada ( me encanta!!), jugos, chorizos, obleas rellenas de distintos sabores....

En Popayán viví 4 días, probé el jugo de guanábana, las empanadas de pipian ( deliciosas), carantana con hogao, el salpicón payanés, luladas.... y hasta tenía mi bar favorito para ir por las tardes a tomarme una club colombia (o dos), donde los estudiantes arremolinados  bebiendo cervezas reflejaban muy bien el ambiente universitario de la ciudad.
Fue declarada por la UNESCO en 2003, Ciudad Gastronómica de la Humanidad y sus procesiones de Semana Santa son desde 2009  Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Definitivamente, un lugar en el mundo que visitar....a mí me encantó.... me queda mucho por ver pero estoy casi segura que Popayán va a estar en los top 10 de este viaje.
Salpicón payanés


Empanadas de pipían

Los últimos días en Ecuador....y entrada a Colombia



De la Amazonía volví a Quito a descansar, lavar la ropa, empezar a leer sobre Colombia (había decidido no visitar la costa ecuatoriana, por ahora) y hacer la visitas pendientes en la ciudad. Entre ellas: subir a la parte este del volcán Pichincha a 3.945m, en el famoso TelefériQo  , pasear por el parque de la Carolina, zona más moderna y comercial  de la capital con lujosos edificios, restaurantes y centros comerciales y como despedida la última noche, ir a las termas de Papallacta con Yan y Alberto  a una hora de Quito. ¡Muy recomendables!.
Quito desde el Pichincha




El lunes, 21 de Julio por la mañana, me fui a la terminal norte, Carcelén, para coger un autobús a Tulcán, último pueblo de Ecuador. El viaje fue de unas 5 horas, $10,  pasando por numerosos pueblos y bares de carretera. En el trayecto me llamó la atención ver a mucha gente de raza negra que hasta entonces no había visto en Ecuador, (la población negra en Ecuador vive en la costa norte procedente mayoritariamente de Colombia, cuando Cartagena de Indias era uno de los mayores puertos de entrada de esclavos en América).




















En Tulcán, cogí un taxi compartido, $2, 10min y  llegamos a  la frontera con Colombia.
Los trámites en la frontera son fáciles y rápidos. Sello de salida en Ecuador, cruzas un puente, sellas la entrada en Rumichaca, Colombia, cambias unos pocos dólares a la cambistas que por allí se pasean y coges un taxi para que te lleve a Ipiales.
Los taxistas que te llevan a Ipiales aceptan dólares pero como el cambio que ofrecían no era malo,  me recomendaron cambiar y así hice.  ( $1= 2900 COP)




















El plan era quedarme en Ipiales una noche para visitar por la mañana el Santuario de Las Lajas. No había reservado habitación, cuando llegué estaba anocheciendo, el pueblo no me causó buena impresión y como no me apetecía ponerme a buscar hostal  decidí irme  a Pasto ( aún tengo dudas si tomé la mejor decisión no visitando el santuario que está en un enclave espectacular).
Cogí mi primer autobús colombiano y después de una hora y media llegué. En esas primeras horas  en el país ya aprecié la diferencia de caracteres de los colombianos y los ecuatorianos. Siendo los colombianos más habladores y en mi opinión más receptivos con el turista, claro que me voy a tener que acostumbrar también al :" si corazón", " claro, mi amor",etc... que después de varios días en el país me sigue chocando un poco.
A la mañana siguiente puse rumbo a Popayán, bonita ciudad colonial conocida como "la ciudad blanca".

sábado, 23 de julio de 2016

Los Sionas


En la reserva del Cuyabeno, vive la comunidad indígena de los sionas, en pequeñas aldeas a la orilla del río ( también hay sionas en otras reservas) y se dedican a la agricultura, caza y por lo que pude observar, su fuente de ingresos principal es el turismo. Son unos 400. Y su lengua es el siona o paicoca.
La reserva del Cuyabeno es un PN donde se desarrolla un turismo sostenible. Las tierras "pertenecen " a los sionas, por lo que los lodges están en régimen de arrendamiento, los trabajadores de los mismos son indígenas y también son dueños de las canoas, el alquiler diario es de unos $90. Una de las actividades del tour es visitar a una familia. Al chaman ( Olmedo) vestido con su traje típico, una túnica azul,collares con distintas semillas, cada una con su significado y tocado con una corona de plumas de tucan y otras aves, y a su mujer. La mujer prepara pan de yuca siguiendo la receta de sus ancestros y el chaman explica un poco la historia, costumbres y cosmovisión de su comunidad. Convertirse en chaman es proceso largo que requiere muchos años de formación, y hay muchos que no lo consiguen. Olmedo había tardado 20 años. Empiezan desde niños a tomar ayahuasca o yagé que es un brebaje hecho principalmente con una liana, cuyo principio activo es el DMT que se encuentra a bajas dosis y es un potente alucinógeno . El yagé les permite ponerse en contacto con los espíritus del bosque que les van a ayudar a aprender y entender las plantas y brebajes a utilizar en los procesos de curación. La toma de ayahuasca,creo recodar que dijo que era al menos una vez al mes pero durante el mes de agosto todos los días. Su hija de 10 años había sido seleccionada para intentar llegar a ser chamana y ya había empezado con las tomas del yagé.
Olmedo nos hizo una demostración de como se preparaban para diagnosticar y curar a los enfermos que acudían a ellos, realizando una serie de cantos y danzas alrededor de tres chicos del grupo que se ofrecieron voluntarios.
En estos últimos años las comunidades se han enfrentado por la llegada de las petroleras que parece ser les pagan importantes sumas por el alquiler de las canoas y la ayuda para adentrarse en la selva.

Después de pasar unas 3-4 horas con ellos y pagarles  $8 por cabeza ( éramos un grupo de unos 20, practicamente todos los días les visita un grupo) nos subimos a la canoa y nos dirigimos a la laguna a darnos un chapuzón bien merecido.

( las fotos son de internet, yo no me llevé la cámara, pero así iban Olmedo y su mujer, para que os hagáis una idea)

La cocción del pan de yuca

Baños- Amazonia- Quito

Después de todos estos días que he estado un poco desconectada sigo donde me había quedado...

Baños, es un pueblo pequeño, agradable, con mucho turismo tanto nacional como internacional, rodeado de montañas y a los pies del volcán Tungurahua activo. El atractivo principal son los deportes de riesgo,rutas de senderismo, la ruta de las cascadas y observar el volcán cuando ruge, cada dos o tres meses. Cada cuatro pasos (literal) vayas por la calle que vayas tienes una agencia que organiza todo tipo de excursiones.






En Baños estuve 4 días,  esperando poder ver a Tungurahua, pero el mal tiempo lo impidió. Cuando me cansé de esperar, el buen tiempo ni se esperaba,  al cuarto día, tomé rumbo a la Amazonía. A la reserva de Cuyabeno.











Llegar a la reserva me tomó unas 10 horas en un autobús nocturno de Baños a Lago Agrio ( pasando por Ambato, donde me había dejado tirada el cabrón de Arnulfo). La distancia es de 640km, pero la carretera de montaña y el estado de la misma (en algunos tramos el asfalto desaparece) hace que el viaje sea interminable.
En Lago Agrio una furgoneta nos recogió para llevarnos a la entrada de la reserva donde embarcamos en una canoa, que tras dos horas navegando por el río Cuyabeno ( un afluente del Amazonas) llegamos al lodge donde nos alojaríamos los cuatro días contratados.

Las actividades: excursiones en canoa, visita a una comunidad indígena, los sionas,  los " dueños de esas tierras" y caminatas diurnas y nocturnas en la jungla, con nuestro guía David que nos explicaba todos los secretos de la selva y las costumbres de todos los animales que allí viven. Multitud de especies de aves, insectos, reptiles, monos, osos perezosos y los bonitos delfines rosados que al atardecer nos deleitaban con sus saltos y juegos.

Las caminatas por la jungla me encantaron, era capaz de imaginarme lo que debieron pensar Orellana y sus hombres cuando se adentraron en la Amazonía por primera vez en su afán de encontrar "El Dorado".
Así transcurrieron los días: nadando en la laguna, disfrutando las puestas de sol,  navegando bajo la luz de la luna buscando boas....naturaleza pura....no tan espectacular como África pero definitivamente un lugar para conocer.

Después de Cuyabeno volví a Quito a descansar, hacer las visitas aún pendientes y despedirme de Ecuador.


domingo, 10 de julio de 2016

¡YA ME HAN TANGAO!

Después de pasar cinco días en la bonita Cuenca, el jueves decidí ponerme de nuevo en marcha, rumbo al norte.
Las siguientes paradas serían: Alausí, Riobamba y Baños ( desde dónde escribo).

De la estación de Alausí sale el famoso tren que recorre la Nariz del Diablo y lo anuncian como el tren más difícil del mundo.
El recorrido: Alausí-Sibambe-Aluasí.
Es un tramo de la línea qué unió por primera vez, a principios del siglo XX, la sierra con la costa, lo que fue un gran avance para el país.
Hoy es sólo un tren turístico.
El recorrido es impresionante, se hace un descenso de 500m en unos 12 km en una montaña de paredes casi perpendiculares que quitan el hipo... pero lo que pasa con estas cosas, demasiado "turístico" para mi gusto.
Al llegar a Sibambe, parada obligatoria de 1 hora!! donde los Puruhuas,  bailan, venden sus artesanías, hay un museo y un bar, en el que evidentemente todo el mundo se toma algo.
Resumiendo, lo que sería un trayecto de 1 hora disfrutando al máximo, se convierte en 2 horas y media. Un poco pesado, pero entiendo que de alguna forma tienen que justificar los $30 que cuesta el billete.


 
Aparte del tren, Alusí tiene poco interés: una calle principal un poco destartalada y la zona de la estación con bonitas casas de colores, ah!! y una estatua de San Pedro de 15m, en lo alto de un cerro que domina el pueblo.

Desde allí cogí un autobús que me llevó a Riobamba, ciudad con algún que otro edifico y plazas coloniales pero muy mal cuidados y mezclados con edificios posteriores que evitan que éstos se aprecien.
El interés de Riobamba es que está a los pies del " Chimborazo", blanco, majestuoso, elegante, como suspendido en el aire, tocando el cielo.

Quería hacer una ruta de senderismo alrededor del  Chimborazo pero  las dos agencias a las que fui estaban cerradas, así que como la ciudad no me gustó  y no me apetecía quedarme más de lo necesario, decidí hacer una ruta en un ferrotren que se acerca al Chimborazo, conoces al último hielero del volcán, los indigenas bailan y de vuelta a Riobamba, turistada, pero era la opción más fácil.
El ferrotren salía a las 8.00 am. A las 7.15 am, estaba en la estación y no había billetes!!!....así que bastante cabreada me volví al hotel a desayunar, recoger e irme a Baños.
Paré un taxi para que me llevara a la terminal terrestre, hablando con el taxista, Arnulfo, le conté lo que me había pasado con el " tren del hielo " y el hombre se ofreció a hacer el mismo recorrido por $25 y parando donde yo quisiera,  hacer fotos, con unas vistas increíbles, etc, etc....en fin , que acepté!....hice dos fotos !!! a los 10 min al Chimborazo lo cubrieron las nubes y dejó de verse, y lo único que hizo el cabrón de Arnulfo fue llevarme a Ambato, al norte de Riobamba y dejarme tirada en una rotonda a esperar a que pasara un autobús que me llevara a Baños.
Para que os hagáis una idea de la tangada y de mi cabreo, un autobús por la misma carretera al mismo  pueblo me habría costado $1!!
Finalmente paré el autobus en la rotonda a Baños, pueblo entre montañas que promete....


martes, 5 de julio de 2016

De Guayaquil a Cuenca

De Quito volé a Guayaquil, donde estuve dos días. No tuve mucho tiempo para visitar  la ciudad pero sí la suerte de relacionarme con unos cuántos guayaquileños.
Como resumen de mi vista:
- En Guayaquil hace mucho calor y es muy húmedo
- La gente de Guayaquil, costeños, tienen un carácter más extrovertido que los serranos ( del interior)
- La rivalidad entre Guayaquil-Quito se adivina en cada conversación. 

Mi siguiente destino: Cuenca.
En la terminal terrestre de Guayaquil compré un billete de autobús que por $8 y en 4 horas me llevaría a Cuenca. Un señor muy amable me indicó qué el autobús de la empresa " Gran taxi Cuenca" pararía en el andén 87, lo que me hizo pensar que era un trabajador de la compañía. 
¡Nada más lejos de la realidad! 
Una vez instalados todos los pasajeros en nuestros asientos, el hombre subió al autobús y empezó a vender su producto: blanqueador dental. Usado por los mejores especialistas del mundo, pero sólo él, en todo Ecuador, por el módico precio de 10 dólares, nos lo ponía en nuestras manos sin tener que movernos de nuestros asientos.
Por fin arrancamos.
Una vez dejamos atrás la ciudad, el autobús se convirtió en un auténtico mercado. Por el pasillo desfilaron desde vendedores de empanadas recién hechas ( apunto estuve de enganchar una) hasta lo último en gadgets para móviles. De sonido ambiente, una película a todo trapo de lucha de robots. Cuando ya había asumido que ese era el viaje que me esperaba y después de que se bajara el último vendedor, pasamos un control que era la puerta de entrada al P.N del Cajas. 
Y todo cambió. 
Por una carretera de montaña  empezamos a ascender y descender entre montañas inmensas, caudalosos ríos,  verdes valles,  lagos transparentes....un paisaje embriagador que consiguió cambiar mi humor y llegar a Cuenca con una sonrisa en los labios.
¿Y Cuenca?...Cuenca merece un post para ella sola.