De la Amazonía volví a Quito a descansar, lavar la ropa, empezar a leer sobre Colombia (había decidido no visitar la costa ecuatoriana, por ahora) y hacer la visitas pendientes en la ciudad. Entre ellas: subir a la parte este del volcán Pichincha a 3.945m, en el famoso TelefériQo , pasear por el parque de la Carolina, zona más moderna y comercial de la capital con lujosos edificios, restaurantes y centros comerciales y como despedida la última noche, ir a las termas de Papallacta con Yan y Alberto a una hora de Quito. ¡Muy recomendables!.
Quito desde el Pichincha |
El lunes, 21 de Julio por la mañana, me fui a la terminal norte, Carcelén, para coger un autobús a Tulcán, último pueblo de Ecuador. El viaje fue de unas 5 horas, $10, pasando por numerosos pueblos y bares de carretera. En el trayecto me llamó la atención ver a mucha gente de raza negra que hasta entonces no había visto en Ecuador, (la población negra en Ecuador vive en la costa norte procedente mayoritariamente de Colombia, cuando Cartagena de Indias era uno de los mayores puertos de entrada de esclavos en América).
En Tulcán, cogí un taxi compartido, $2, 10min y llegamos a la frontera con Colombia.
Los trámites en la frontera son fáciles y rápidos. Sello de salida en Ecuador, cruzas un puente, sellas la entrada en Rumichaca, Colombia, cambias unos pocos dólares a la cambistas que por allí se pasean y coges un taxi para que te lleve a Ipiales.
Los taxistas que te llevan a Ipiales aceptan dólares pero como el cambio que ofrecían no era malo, me recomendaron cambiar y así hice. ( $1= 2900 COP)
El plan era quedarme en Ipiales una noche para visitar por la mañana el Santuario de Las Lajas. No había reservado habitación, cuando llegué estaba anocheciendo, el pueblo no me causó buena impresión y como no me apetecía ponerme a buscar hostal decidí irme a Pasto ( aún tengo dudas si tomé la mejor decisión no visitando el santuario que está en un enclave espectacular).
Cogí mi primer autobús colombiano y después de una hora y media llegué. En esas primeras horas en el país ya aprecié la diferencia de caracteres de los colombianos y los ecuatorianos. Siendo los colombianos más habladores y en mi opinión más receptivos con el turista, claro que me voy a tener que acostumbrar también al :" si corazón", " claro, mi amor",etc... que después de varios días en el país me sigue chocando un poco.
A la mañana siguiente puse rumbo a Popayán, bonita ciudad colonial conocida como "la ciudad blanca".
Parece como si lo viviéramos contigo..genial!!!!
ResponderEliminar¡ Qué bien!
EliminarEres una valiente!! Bikiños
ResponderEliminarEres una valiente!! Bikiños
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