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miércoles, 31 de agosto de 2016

La ciudad perdida


Humedad y cansancio. Sudor y barro. Subidas y mosquitos. Bajadas y suciedad. Jungla. Belleza. Campesinos. Tribus indígenas. Agua no potable. Ríos exquisitos. Campamentos insalubres. Convivencia inolvidable. 
Así es el treking que organizan distintas agencias a Teyuna, la ciudad perdida. 
He visto llegar a gente, tras los 4 días de marcha, llorando. A otros sin lágrimas en los ojos pero con expresión de sufrimiento. En ningún momento informan de la dureza del recorrido y menos aún del estado de los campamentos, construidos a modos de barracones militares en malos destinos. Sucios, húmedos. Instalaciones desbordadas con 4 duchas y 4 baños para entre 80 y 100 personas. Se les ha ido de las manos a los gestores, la explosión turística de Colombia y de esta ruta. Guías de viajes que la recomiendan pero sus autores, no la han realizado probablemente en los últimos 10 años. Ahora masificada, no cuenta con los servicios mínimos exigibles.




















Te ves capaz de superar la dureza del recorrido, pero sobre todo, ¿la incomodidad del alojamiento? Las picaduras de los mosquitos y, especialmente, ¿las duchas y los baños sucios y escasos? ¿El  calor y la humedad de la jungla? 






Si la respuesta es sí:

Conocerás  paisajes espectaculares durante el recorrido. Verás a los koguis, supuestos descendientes de los Tayrona, tribu que según la leyenda llegó de Asia cruzando el estrecho de Bering.Construyeron la Ciudad Perdida entre el 500 y el 1000 d.c. y la abandonaron con la llegada de los españoles.




 El recorrido, un carrusel de subidas y bajadas, pedregosas a veces, embarradas otras. 6 horas diarias de camino es la media.































Los koguis viven sin luz eléctrica. El hombre en una cabaña dedicado a la meditación con su " poporo" ( en una calabaza polvo de conchas marinas que recogen en un palo y mezclan en su boca con hojas de coca). La mujer en otra cabaña al cuidado del hogar y de los niños. Ellas siempre descalzas para estar en contacto con la tierra, símbolo de fertilidad. 
El guía espiritual, pero también político, hechicero y líder social que decide incluso los estudios de un pequeño porcentaje de los niños. Agricultores y ganaderos, hoy comparten con los campesinos que viven en los primeros kilómetros del recorrido parte de los beneficios que dejan los turistas.



Los fans de las culturas indígenas podrán disfrutar de las respuestas del chamán Romualdo ( el ser humano desaparecerá dentro de 100 años) o con las explicaciones de Fermín, un kogui que suele acercarse a un campamento para contar a los foráneos ( hermanos menores) su filosofía de vida.
















                                                                                                                         Victor Blanco

El viejo Willi

A 2500 metros, iniciando el ascenso, el corazón comienza a bombear con fuerza y es necesario mantener la calma e intentar respirar lento, profundo. Olvidarse de la prisa del corazón y concentrarse en la serenidad.
Por eso el viejo Willi nos hizo estirar, inspirar, expirar, relajarnos antes de nuestra partida. 
Tres de la ría de Vigo, acostumbrados a coger el aire casi por debajo del nivel del mar, iniciando un ascenso desde los 2500 hasta los 3720 metros en apenas 4 kilómetros y medio.
El objetivo es llegar sin haberse roto el corazón, ni las rodillas. Las pausas son constantes para tomar aire. 
El viejo Willi camina delante de nosotros ascendiendo con suavidad. Nos adelantan jóvenes, que respiran fuerte y pisan aún más fuerte. Su corazón y sus rodillas aguantan, de momento...
Del bosque tropical pasamos a un terreno más agreste. 
Un colibrí, se nos muestra un par de veces. Parece burlarse de nuestro lento caminar. 
Una vez superada la pared ( un kilómetro de especial dificultad), el paisaje de los valles a nuestros pies es espectacular como también lo es la vista de las montañas que hace un par de horas nos parecían remotas y que ahora están a nuestra altura.






La meta, el lago Iguaque, puede decepcionar, no es especialmente bello, y mucho menos, grande. Más interesante es su historia: El origen de la vida para los muiscas . El viejo Willi es uno de ellos y nos habla con pasión de sus mitos, sus ideas, sus costumbres y su genética que mantiene vivos, según él, algunos comportamientos en las generaciones actuales.












Más frívolo, pero muy marcado en la cultura gastronómica el chocoramo que degusta mientras narra su historia.

Comienza el descenso.
El corazón va más lento, pero sufren más las rodillas. Manos en los bolsillos o entrelazadas en la espalda. Es más fácil mantener el equilibrio bajando. Los pies deberían ir de piedra en piedra, " casi flotando" para evitar movimientos bruscos de las rodillas.
Las hormigas culonas, las arepas de maiz pelado, el sancocho... salen en la conversación ya más relajada, sin el esfuerzo del corazón alborotado. 
El viejo Willi nos invita a un café orgulloso de que sean los propios "boyacenses" los que gestionan el Parque Nacional. 
Hablamos de la posibilidad de paz, por fin, en Colombia. Del referéndum sin fecha, de Uribe, de Santos...respiramos, meditamos, conversamos... 
Un gran día. Gracias Willi. 
Victor Blanco


Vuelta al cole....

Hace más de dos semanas que no escribo nada y más de tres desde que estuve en S. Agustín ( mi último post).
La razón principal es que he estado de " vacaciones".
 ¡Han venido a verme!. Paloma, Loreto, Gloria, Victor y Chus...y durante estas semanas casi no he tenido tiempo de sentarme tranquilamente a escribir. Ayer me quedé sola otra vez así que iré contando lo que he hecho, visto y viajado estas semanas en Colombia que no ha sido poco: Cali, costa del pacifico, eje cafetero, Bogotá, Villa de Leyva, Barichara, Santa Marta, Ciudad Perdida, Cartagena y Mompox a donde he llegado hoy.
Mientras me voy poniendo al día, colgaré algunas entradas escritas por Victor de la parte del viaje que hicimos juntos.



domingo, 14 de agosto de 2016

San Agustín y sus misteriosas estatuas.

Después de mis días en Popayán, el 26 de julio, en la terminal terrestre cogí una buseta a San Agustín. Está a sólo 130 km pero se tarda unas 4 horas y media, hay que atravesar el P.N de Puracé por caminos no asfaltados. El viaje cuesta unos 30.000 COP ( 10 euros).
A la salida del parque un retén del ejército, (en las carreteras de Colombia se ven muchos), nos paró y registró nuestras mochilas y objetos personales.
Camino a San Agustín
Retén del ejército




















San Agustín no es bonito,  pero atrae al turista por sus parques arqueológicos. Allí nace el río Magdalena que recorre Colombia y hace que el entorno natural sea muy bello.  Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1995.


No se sabe mucho de la civilización que vivió allí durante más de 2000 años y tuvo su máximo esplendor alrededor del siglo VII a.c. Se sigue estudiando y sigue habiendo muchas incógnitas.
Cuando llegaron los españoles no describieron nada relacionado con los monumentos arqueológicos del lugar y no fue hasta el siglo XVIII cuando los buscadores de tesoros llegaron a la zona y encontraron esculturas, ajuares funerarios y todo tipo de utensilios de la vida diaria.



A principios del siglo XX un arqueólogo alemán , K. Preuss llegó al sitio de S.Agustin y vió muchas de las esculturas en la plaza del pueblo y que habían sido utilizadas por los habitantes del lugar como adornos para sus casas.


Por increíble que parezca en 1992 un tractor destapó una tumba que contenía piezas de oro como ajuar funerario. Este hallazgo fortuito desató la guaquería masiva y la violencia en la región impidiendo el ingreso de autoridades y arqueólogos. Durante varias semanas, se saquearon y destruyeron entierros, huellas de viviendas, piezas de oro, restos humanos, lo que hizo que se perdiera mucha información que habría permitido reconstruir la historia de las comunidades que habitaron en esta región.
Estuve 3 días en San Agustín, visitando los sitios arqueológicos más alejados del pueblo,  el primer día a caballo, el segundo día en jeep y el último visité el Parque Arqueológico que está en el pueblo, en perfecta sintonía con la naturaleza, muy bien cuidado y con unas explicaciones muy interesantes.





A día de hoy, muchas preguntas siguen sin respuesta:
¿ En que lugares se construyeron viviendas y centros funerarios?¿Existían líderes con gran poderío? ¿ Por qué se dejaron de construir tumbas y grandes estatuas?.....


San Agustín y sus misteriosas estatuas.

Después de mis días en Popayán, el 26 de julio, en la terminal terrestre cogí una buseta a San Agustín. Está a sólo 130 km pero se tarda unas 4 horas y media, hay que atravesar el P.N de Puracé por caminos no asfaltados. El viaje cuesta unos 30.000 COP ( 10 euros).
A la salida del parque un retén del ejército, (en las carreteras de Colombia se ven muchos), nos paró y registró nuestras mochilas y objetos personales.
Camino a San Agustín
Retén del ejército




















San Agustín no es bonito,  pero atrae al turista por sus parques arqueológicos. Allí nace el río Magdalena que recorre Colombia y hace que el entorno natural sea muy bello.  Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1995.


No se sabe mucho de la civilización que vivió allí durante más de 2000 años y tuvo su máximo esplendor alrededor del siglo VII a.c. Se sigue estudiando y sigue habiendo muchas incógnitas.
Cuando llegaron los españoles no describieron nada relacionado con los monumentos arqueológicos del lugar y no fue hasta el siglo XVIII cuando los buscadores de tesoros llegaron a la zona y encontraron esculturas, ajuares funerarios y todo tipo de utensilios de la vida diaria.



A principios del siglo XX un arqueólogo alemán , K. Preuss llegó al sitio de S.Agustin y vió muchas de las esculturas en la plaza del pueblo y que habían sido utilizadas por los habitantes del lugar como adornos para sus casas.


Por increíble que parezca en 1992 un tractor destapó una tumba que contenía piezas de oro como ajuar funerario. Este hallazgo fortuito desató la guaquería masiva y la violencia en la región impidiendo el ingreso de autoridades y arqueólogos. Durante varias semanas, se saquearon y destruyeron entierros, huellas de viviendas, piezas de oro, restos humanos, lo que hizo que se perdiera mucha información que habría permitido reconstruir la historia de las comunidades que habitaron en esta región.
Estuve 3 días en San Agustín, visitando los sitios arqueológicos más alejados del pueblo,  el primer día a caballo, el segundo día en jeep y el último visité el Parque Arqueológico que está en el pueblo, en perfecta sintonía con la naturaleza, muy bien cuidado y con unas explicaciones muy interesantes.





A día de hoy, muchas preguntas siguen sin respuesta:
¿ En que lugares se construyeron viviendas y centros funerarios?¿Existían líderes con gran poderío? ¿ Por qué se dejaron de construir tumbas y grandes estatuas?.....


lunes, 8 de agosto de 2016

Mi amigo J.

En San Agustín conocí a J.
Unos cincuenta años, tez morena, ojos rasgados, robusto y no muy alto. Vestía pantalones azul marino y camisa de lino blanca. Era agradable, conversación fácil y entre las cosas que me contó es que había trabajado para Pablo Escobar....

A J.,  no le gustaba estudiar. A él le gustaban los carros, con su padre no se llevaba bien y en el pueblo  se aburría así que a los 14 años se escapó de casa.
Un amigo suyo le había conseguido un trabajo de " lechero" en una finca de la Amazonía. Tendría que trabajar un poco de agricultor y hacerse cargo de los caballos lecheros.
Le pareció fácil, iba a ganar un poco de plata y le daban comida y cobijo. ¿Qué más podía pedir?.
El día acordado un hombre lo fue a buscar, tardaron unas 20 horas en llegar, 7 de ellas, caminando por la selva. Cuando por fin llegó, se dio cuenta que su " amigo" lo había engañado. Aquello no era una finca. Allí preparaban pasta de coca.
Lloró todas las noches durante un mes.
Al tercer día de su llegada, un hidroavión aterrizó y se bajó Don Pablo. Se presentó a los nuevos,  recogió el cargamento y se fue.  Todas las semanas se repetía la escena del hidroavión pero no siempre viajaba Don Pablo.
Se fue acostumbrando a su nueva vida. 12-14 horas diarias trabajando, pescando, cocinando y sobreviviendo en la selva.
 Con sosa cáustica y otros agentes químicos, extraían el alcaloide de la hoja de coca que llegaba de Ecuador para elaborar la pasta, hasta que el gobierno la prohibió. Entonces empezaron a usar cemento,  el gobierno no iba a poder prohibirlo. 1 kilo de hoja de coca, 26 gramos de pasta ( creo que dijo).
 La primera vez que salió de allí fue a los 9 meses, su familia lo había dado por muerto.
Don Pablo le cogió cariño, a J. le caía bien el patrón, un tipo dicharachero y de carácter amable pero con el que había que llevarse muy bien.  Un día, en una de sus muchas visitas le ofreció irse con él a Medellín. Tendría todos los carros que quisiera, no le faltaría de nada y dispondría de todo el dinero que necesitara pero J. sabía que eso significaba convertirse en uno de sus matones y él no quería agarrar ningún arma. Le dijo al patrón que prefería seguir viviendo en la selva.
En las navidades Don Pablo, les llenaba de regalos y dinero. J. nunca había visto tanto dinero en su vida ni desde luego lo ha vuelto a ver.
Algunos de los trabajadores tomaban coca, algo que estaba totalmente prohibido. Don Pablo avisaba 2 veces, a la tercera si seguían consumiendo, los mataban.
A los dos años, se cansó de aquella vida, le pidió al administrador  su dinero y se largó a empezar una nueva.
Según J., Pablo Escobar no está muerto. No le cuadra la forma que lo mataron, solo, sin guardaespaldas. Don Pablo tenía demasiado poder. Cree que el patrón pagó a alguna familia mucho dinero y escapó.

Ahora tengo miles de preguntas, pero allí sentada con él no se me ocurrió ninguna.
Siempre me quedará la duda si esta historia es cierta o no....yo aquella tarde, mirando y escuchando a J.  me la creí!.