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lunes, 8 de agosto de 2016

Mi amigo J.

En San Agustín conocí a J.
Unos cincuenta años, tez morena, ojos rasgados, robusto y no muy alto. Vestía pantalones azul marino y camisa de lino blanca. Era agradable, conversación fácil y entre las cosas que me contó es que había trabajado para Pablo Escobar....

A J.,  no le gustaba estudiar. A él le gustaban los carros, con su padre no se llevaba bien y en el pueblo  se aburría así que a los 14 años se escapó de casa.
Un amigo suyo le había conseguido un trabajo de " lechero" en una finca de la Amazonía. Tendría que trabajar un poco de agricultor y hacerse cargo de los caballos lecheros.
Le pareció fácil, iba a ganar un poco de plata y le daban comida y cobijo. ¿Qué más podía pedir?.
El día acordado un hombre lo fue a buscar, tardaron unas 20 horas en llegar, 7 de ellas, caminando por la selva. Cuando por fin llegó, se dio cuenta que su " amigo" lo había engañado. Aquello no era una finca. Allí preparaban pasta de coca.
Lloró todas las noches durante un mes.
Al tercer día de su llegada, un hidroavión aterrizó y se bajó Don Pablo. Se presentó a los nuevos,  recogió el cargamento y se fue.  Todas las semanas se repetía la escena del hidroavión pero no siempre viajaba Don Pablo.
Se fue acostumbrando a su nueva vida. 12-14 horas diarias trabajando, pescando, cocinando y sobreviviendo en la selva.
 Con sosa cáustica y otros agentes químicos, extraían el alcaloide de la hoja de coca que llegaba de Ecuador para elaborar la pasta, hasta que el gobierno la prohibió. Entonces empezaron a usar cemento,  el gobierno no iba a poder prohibirlo. 1 kilo de hoja de coca, 26 gramos de pasta ( creo que dijo).
 La primera vez que salió de allí fue a los 9 meses, su familia lo había dado por muerto.
Don Pablo le cogió cariño, a J. le caía bien el patrón, un tipo dicharachero y de carácter amable pero con el que había que llevarse muy bien.  Un día, en una de sus muchas visitas le ofreció irse con él a Medellín. Tendría todos los carros que quisiera, no le faltaría de nada y dispondría de todo el dinero que necesitara pero J. sabía que eso significaba convertirse en uno de sus matones y él no quería agarrar ningún arma. Le dijo al patrón que prefería seguir viviendo en la selva.
En las navidades Don Pablo, les llenaba de regalos y dinero. J. nunca había visto tanto dinero en su vida ni desde luego lo ha vuelto a ver.
Algunos de los trabajadores tomaban coca, algo que estaba totalmente prohibido. Don Pablo avisaba 2 veces, a la tercera si seguían consumiendo, los mataban.
A los dos años, se cansó de aquella vida, le pidió al administrador  su dinero y se largó a empezar una nueva.
Según J., Pablo Escobar no está muerto. No le cuadra la forma que lo mataron, solo, sin guardaespaldas. Don Pablo tenía demasiado poder. Cree que el patrón pagó a alguna familia mucho dinero y escapó.

Ahora tengo miles de preguntas, pero allí sentada con él no se me ocurrió ninguna.
Siempre me quedará la duda si esta historia es cierta o no....yo aquella tarde, mirando y escuchando a J.  me la creí!.






11 comentarios:

  1. Excelente historia...Hoy estabas inspirada.

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  2. Bueno... estaba inspirado J.
    ¡¡ Es una historia maravillosa!!
    Ana

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  3. Bonita historia!!!! Así contada también me la crei👏👏

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  4. Bonita historia!!!! Así contada también me la crei👏👏

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  5. Bonita historia!!!! Así contada también me la crei👏👏

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  6. Fotos de paisajes e historias de paisanaje... por muchos J. en tu camino.

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    1. A ver, a ver os iré contando... el otro día me tomé una piña colada de las ricas, ricas... Te eche de menos!!! ;-)

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  7. Q interesante está resultando tu aventura.
    Y q bien descrita!
    ASM

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